Cuidado de tu piel por el uso de la mascarilla

Las mascarillas se convirtieron en un accesorio obligatorio para protegernos y proteger a los demás del virus. A estas alturas habrás notado que, si la llevas durante muchas horas seguidas al día, puede que hayas experimentado algún problema en tu piel como brotes de acné, irritaciones, diversas dermatitis, rosácea y cuperosis. 

El acné es una de las principales consecuencias en la piel debido al uso de las mascarillas, afectando la zona que queda cubierta con esta, es decir, barbilla y mejillas. Y tal es su repercusión que ya le denominaron el nombre de maskné, y ocurre por un doble motivo:

1. La mascarilla hace que aumente la secreción sebácea y sudorípara (una circunstancia que puede agravarse si además se usan cremas grasas)
   
2. El uso de la mascarilla sobre la cara tiene un efecto irritativo debido a la exhalación de anhídrido carbónico que irrita la piel en una zona que ya se encuentra irritada debido al roce de la propia mascarilla.
   
   

También se empieza a ver en la población patologías que ya eran frecuentes en profesionales sanitarios, como la dermatitis de fricción y la dermatitis de contacto irritativa, en las zonas en que hay más contacto entre la mascarilla y la piel: el puente nasal, detrás de las orejas o en las mejillas.

Asimismo, otro tipo de patologías cutáneas asociadas al uso habitual de la mascarilla ya sea porque aparecen, o porque empeoran son la rosácea y la cuperosis (rojeces, pequeños capilares dilatados).

Cómo solucionar los daños que provocan las mascarillas en la piel 

Para realizar un buen cuidado de la piel por el uso de mascarilla, te recomiendo lo siguiente:

• Limpieza facial: Hay que tener una buena higiene facial, en la mañana y en la noche, usando jabones suaves, libres de fragancia e hipoalergénicos, que respeten el manto lipídico y que sean específicos para nuestro tipo de piel. Por ejemplo, si tu problema es el acné, elige jabones y limpiadores para piel grasa y con tendencia al acné. Si, por el contrario, sufres dermatitis o rosácea, opta por un limpiador para pieles sensibles.
• Hidratación: Usar cremas que tengan ceramidas, ácido hialurónico o dimeticona, activos habituales en las cremas hidratantes que evitan que la piel se deshidrate. Al igual que el jabón, hay que adaptar la crema a cada tipo de piel. Hidrata tu piel por la mañana y por la noche, después de la limpieza.

• Evita los ácidos y las exfoliaciones: evitar los alfa hidroxiácidos y los retinoides, en especial en las pieles que padecen dermatitis o rosácea por el uso de las mascarillas puesto que estos activos, al exfoliar la piel, la dejan más sensible y expuesta a irritaciones. En pieles con sequedad, dermatitis o rosácea, por la noche, se pueden utilizar cremas reparadoras o cicatrizantes. En el caso de las pieles con acné, su puede usar algún producto que contenga ácido salicílico, glicólico o azelaico, según la tolerancia del paciente.
• Elige una mascarilla adecuada: la mascarilla que usas también puede ser un factor determinante para que tu piel padezca alguna de estas patologías. Selecciona entre rígidas, ajustadas al rostro, o las quirúrgicas o higiénicas. Es muy importante que diariamente cambies tu mascarilla si no es reutilizable o que la laves si lo es. Recuerda que cada 3-4 horas te la retires durante al menos 15 minutos para que la piel respire.

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